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Quizás bajo el influjo de un año con terminación no apta para supersticiosos, 2013, los académicos de Hollywood se han marcado unas candidaturas a los Oscar de lo más peculiares. Lo más convencional que han hecho es entregar el máximo de nominaciones, 12, a una de las favoritas, Lincoln. Aupan de nuevo a los altares a Steven Spielberg, el Rey Midas, sí, pero un señor que no pilla cacho desde el año 99 (Salvar al soldado Ryan). Nadie garantiza que no le vuelvan a hacer un Color púrpura (muchas nominaciones, cero estatuillas), pero por lo de pronto el 24 de febrero saldrá en la pole position con 12, no está mal, opciones de premio.
Pero vayamos con las sorpresas. Qué decir de esas 11 candidaturas que se lleva La vida de Pi, desde ya no solo la cinta más taquillera de toda la filmografía de Ang Lee, sino también la más respaldada por la Academia. Y rizando aún más el rizo, uno se frota los ojos hasta cinco veces, como tantas nominaciones se lleva Amour, de Haneke, por no hablar del espaldarazo a otra cinta minoritaria, Bestias del sur salvaje, una de las favoritas, por cierto, de Obama en 2012.
Al lado de estos pelotazos, a poco les sabrán a Los miserables y Argo sus 7 candidaturas, ninguna de ellas, en esto coinciden, para sus respectivos directores. Se daba casi por hecha la ausencia de Tom Hooper, pero es todo un sorpresón el feo a Ben Affleck; ¿no se le perdona al pobre Ben su pasado como actor mediocre y pareja de J Lo? Lo único cierto es que engrosa el club de agraviados de esta edición con la gran perdedora, Kathryn Bigelow. Tampoco hay candidatura para ella, y su cinta, La noche más oscura (Zero Dark Thirty), hasta hace poco entre las favoritas, obtiene unas casi testimoniales 4 candidaturas. Todo el amor recibido por En tierra hostil, evaporado de un plumazo. La risotada de James Cameron se habrá oído en toda California…
Una vez cogida carrerilla, los académicos ya se han terminado de tirar al pozo otorgándole 8 candidaturas a Silver Linings Playbook, aquí El lado bueno de las cosas, incluidas 4 en el terreno de la interpretación, una para Robert De Niro, que llevaba 20 años sin pisar (como candidato) la alfombra roja. No ha habido grandes sorpresas en lo que a actores / actrices se refiere, y no da la sensación de que vaya a haberlas el 24/02. Tampoco en animación donde el nivel, este año, es sensiblemente inferior a temporadas recientes.
El único español con opciones de victoria es Paco Delgado, responsable del vestuario de Los miserables. Bardem, con toda justicia, no figura por su rol de villano de Skyfall, meritorio, pero menor. Hay quien incluye en esta cuota a Naomi Watts por aquello de que su rol protagonista forma parte de Lo imposible, de J. A. Bayona, pero es inglesa de nacimiento y australiana de adopción. En cuanto a películas en habla no inglesa, donde Amour está llamada a triunfar, mención especial para No, el primer filme chileno que llega a la terna final de los Oscar.
Recapitulando: Steven Spielberg lo tiene a huevo, por hablar pronto y mal, para vivir otra noche de gloria con el retrato de uno de los padres de la patria y referente imperecedero, Abraham Lincoln. Parece probable que salga elegida mejor película, y el Rey Midas, mejor director (compite con Haneke, el novato Zeitlin, O. Russell y Ang Lee, que ya tiene uno), y que arrastren a Daniel Day Lewis a su ¡tercer! Oscar como mejor actor principal. Sería el primero en alcanzar esa cifra en la categoría reina.
*Nota: Lo de Bestias del sur salvaje va de batir récords de precocidad. Su protagonista, Quvenzhané Wallis, tiene solo 9 años, récord absoluto. Su director, 30 primaveras, candidato también por el guión; primer largo, éxito por todo lo alto, y carrerón el suyo si no se tuerce.